Al instalar un chiller portátil, se logró mantener la temperatura de los moldes dentro de los rangos óptimos, evitando paros diarios de la máquina por sobrecalentamiento. Considerando que antes se sufría al menos un paro de 30 minutos al día, y que el costo de la máquina parada se estima en $400 dólares por hora, el ahorro económico anual alcanza aproximadamente $52,000 dólares.